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sábado, 19 de marzo de 2011

De P a PAff

A principios de los ochentas, un famoso personaje quiteño acostumbraba incluir la palabra “pues” al final de ciertos diálogos:
“ Sí, pues.”
“¡Qué es, pues!”.
“Así ha de ser, pues”.
“¡Ven vos, pues!”
Un día, atragantándose unos “agachaditos”, comía con tanto afán que acabó mordiéndose la lengua. Desde esa vez ya no pudo vocalizar bien, pero lo de la palabra “pues” era inevitable, y abreviaba:
“ Sí, pp.”
“¡Qué es, pp!”.
“Así ha de ser, pp”.
“¡Ven vos, pp!”
Su mejor amigo era medio sordo y él le escuchaba las “p” como “f”. Desde entonces y hasta nuestros días:
“ Sí, ff.”
“¡Qué es, ff!”.
“Así ha de ser, ff”.
“¡Ven vos, ff!”

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